En el trayecto desde que bajé del subte y llegue a la –maldita-oficina las personas de mis alrededores perdieron sus caras y mis pies ganaron protagonismo.
Esquivando las baldosas flojas y llorando de frío no me quedó otra que ponerme a pensar.
Como te gusta transitar por esa delgada línea donde siempre estas a punto de caer. Donde siempre estoy a punto de empujarte y sacarte del juego.
Pero en el instante que estás por rodar por el precipicio no tenés mejor que idea que dispararme con un mensaje de texto!
PUM!
Perfecta jugada, magistral. Te moves en la cancha como ninguno. Sólo dos palabras necesitas para que te tire la soga y vuelvas a subir a la cima.
Realmente no sé cómo lo haces, cómo sabes cuál es el momento indicado.
Tu estrategia es perfecta y lo sabés eso te da seguridad en el terreno y a mi me da tanta bronca.
Dejame empujarte, dame ese gusto. De todos modos sabes bien que si volves a disparar siempre te alcanzo el salvavidas.
Sólo dos palabras necesitas y las usas a la perfección.
3 comentarios:
El que sabe, sabe... Muy a nuestro pesar...
Te quiero!
que lindo, me gusto mucho esto.
Me gusta cuando el otro sabe cómo y cuándo envolverte y desenvolverte!
Dale más soga querida!
tiene toda la soga!!!!!!!!!
y lo sabe!!!!por eso juega!!!
y tan bien le sale!!! que me da bronca jajaja
hablamos para el domi??
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