Tantas idas y vueltas, están los dos ofendidos y ninguno quiere dar el brazo a torcer…El orgullo puede ser tan fuerte como para provocar que ellos no tengan algo lindo.
Ella estuvo mal. Él estuvo mal.
Ella me tiene que pedir perdón. Él me tiene que pedir perdón.
Ninguno puede reconocer que ambos se equivocaron en algo.
¿Van a dejar pasar un nueva oportunidad por no sentarse a charlar de lo que les pasa?
Tanto cuesta decir: che ¿nos juntamos a hablar?. ¿Que perdemos?. ¿Qué ganamos?.
Están en guerra, cuando podrían estar haciendo el amor.
1 comentarios:
no sabía que tenía blog, amiga canicas...
Muy elocuente.
Mis más sinceros saludos, besos y abrazos.-
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