lunes, 1 de junio de 2009

Simplemente

20071004010020-sabanasblancasLas sábanas eran blancas con olor a miel. La luz del medio dia penetraba en la gran habitación sin pedir permiso, fue esa claridad la que la despertó. Estiró su brazo buscando a Esteban, pero no encontró a  nadie.

Decidió levantarse y recorrer la casa para buscar a su amado.

Vivian desde hacía 3 años en el campo que Ana había heredado de sus padres, allí también habían celebrado la gran boda, con mas de 200 invitados.

Se conocieron en la facultad, un 5 de septiembre. Luego de compartir un cuatrimestre como compañeros Esteban la invitó a salir y le confesó  que desde el momento que la vio se enamoró perdidamente de ella, de su mirada tierna y clara. De esos ojos grises que escondian mucha ternura. De su pelo largo y negro que se enredaba con facilidad cuando soplaba el viento primaveral.

Compartieron muchos momentos juntos, pero uno los marcó.

Ana perdió a toda su familia en un accidente automovilistico, fue muy duro para ella y sin el apoyo de Esteban no hubiese podido sobrellevar terrible acontecimiento.

Los días y los meses pasaron, ellos seguían juntos y más unidos que nunca.

Una mañana de invierno Esteban se levantó temprano y preparó el desayuno para los dos. La casa era enorme ellos estaban solos.

Mientras desayunaban en la cama contemplaban las hojas amarillas que decoraban el pasto del jardín y cubrian la pileta. Una vez que acabaron Esteban le recordó cuanto la amaba y le propuso matrimonio. Ana rompió en llanto y lo abrazó muy fuerte.

-Te amo Esteban me cambiaste la vida.

Le dijo ella llorando de felicidad.

Esa mañana era una más. Ana buscó a su marido por toda la casa. Le resultó tan raro no encontrarlo, no había dejado dicho nada a las mucamas y nadie lo había visto salir.

Al ver que no tenía noticias de Esteban, Ana decidió denunciar la desaparición a la Policía, pero los meses pasaron y no había novedades del hombre.

Dos meses después de la extraña y repentina ausencia, una carta llegó a la vieja casona. Era de él.

Ana ya no veía a sus amigas, no iba al cine ni al teatro. Su vida se había desmoronado y sentía que el mundo se le venía abajo. Le resultaba tan difícil encontrar el interés por las cosas, que ya casi ni salía de su habitación.

Ella pronto enfermó gravemente, sus amigas sabían que la causa de sus problemas eran por el abandono de Esteban. Lo buscaron por todas las ciudades cercanas, llamaron a sus familiares, pero nadie sabía nada de él.

Cuando Ana murió tenía 30 años. La casa se vendió como ella lo planificó en el testamento.

Unos meses después los nuevos dueños se pusieron en contacto con María, una de las empleadas, porque habían encontrado una carta.

-Simplemente ya no te amo. Esteban.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muyyy linda!!!.... me emociono!

DC dijo...

Hola!!! esta historia me suena conocida... ajajaja... pero yo no puedo hablar porque soy el mas plagioso de todo blogger.com

Pasate por MQDLV y por HQDLV... ahi esta la historia sobre unas cartas iguales. :P

MQDLV dijo...

Hola por acá. Qué triste. Parece que hay ciertas ausencias que son absolutas, universales.

Antonela Canicais dijo...

uhh noo sorry no quise hacer plagio!!!!!

este cuento lo re contra invente...por suerte nunca me paso algo asi, perdon si ofendi a alguienn

DC dijo...

Jajajaja... disculpate con MQDLV si es que a ella le molesta.. yo no puedo decir nada... y ella, a esta altura, despues de tanto plagio mio, tampoco.

Porque sera que a las mujeres les gusta escribir historias de amores tragicos donde son dejadas... y que por suerte nunca le pasaron?

Antonela Canicais dijo...

jajajaa esta historia no me paso...
pero nosotras siempre sufrimos, porque los hombres son malos no nos quieren como nosotros los queremos, siempre somos las victimas de ustedes!!!!! jajajaja.

igual el cuento de MQDLV no es tan pareceido ella escribe una carta pero nada mas...mi actriz se muere...DE AMOR!!!

saludos!