Tus brazos

Son las 4.20 del sábado.

Recién volví y en todo momento te sentí conmigo. Que raro, estabas a más de 100 kilómetros de distancia, sin embargo yo sentía tu respiración en mi nuca.

Esta noche me propuse perder la cabeza. Lo conseguí. La pase increíble. Pero yo quería que no estés en mis pensamientos.

Mientras bebía recordaba tus besos, tus labios. Ese sabor que tienen tus besos. Inigualable.

Mientras bailaba meneando la cabeza te imaginaba a mi lado, te sentía a mi lado. Estabas ahí.

-¡Hola!, ¿qué haces acá? –me sorprendí-

- Vine a bailar con vos, sabía que me ibas a estar esperando. Este es nuestro lugar. –Dijiste con total naturalidad-

Bailamos toda la noche. Yo sólo pensaba en tus besos.

Yo sólo te miraba como te movías al compás de la música.

Yo sólo quería que me saques de ahí. Sólo quería que nos fuéramos.

Yo sólo quería dormir en tus brazos como cada noche.