Mal mal mal mal…
Hasta que un encuentro con la persona indicada en el lugar menos pensado y el momento menos pensado me cambio el día con una sonrisa y una sola palabra.
Llegué a mi curso con una sonrisa que se me escapaba de la cara.
Mal mal mal mal…
Hasta que un encuentro con la persona indicada en el lugar menos pensado y el momento menos pensado me cambio el día con una sonrisa y una sola palabra.
Llegué a mi curso con una sonrisa que se me escapaba de la cara.
Publicado por Antonela Canicais en 15:19 0 comentarios